martes, 18 de febrero de 2014

Middle Age Freak; Convención-Al (I)

 

Igual que para muchas personas de mi edad, la primera convención de comics a la que asistí fue también el primer evento de este tipo realizado en México: La Conque, en 1994. A principios de los años 90 todos los comiqueros habíamos “salido del closet” tras la inauguración de las primeras tiendas de comics (Comics S.A. y Comicastle), los programas de radio que abordaron el tema y la publicación en México de “La Muerte de Superman”. Resultaba entonces que no sólo había varios lectores asiduos al cómic, extranjero o nacional, sino que por iniciativa de Luis Gantús (fundador y promotor principal de la Conque) ahora todos se reunirían en un solo lugar.



La historia del origen de esta primera Conque y sus pormenores son mejor relatadas por Gantús en su blog “Esto es Ferfecto", así que mencionarlos yo también sería redundante. Pero lo que no puedo encontrar en la red son opiniones de primera mano de aquellos que se formaron alrededor del Polyforum Cultural Siqueiros esos días. Así que decidí aventurar la mía.

En 1994 yo tenía 16 años, había empezado la preparatoria y trabajaba medio tiempo en un Videocentro. Ya era cliente de las tiendas de comics y tenía mi ejemplar de la Muerte de Superman, a raíz del cual decidí rescatar la tradición paterna de coleccionar comics. Además (esto es importante recordarlo después) ya tenía una tarjeta de débito de Bancomer, del tipo que un amigo se refirió una vez como “tarjeta de chavito chido”.


Independientemente de cómo me enteré del evento, el martes 26 de julio de 1994, junto con mis amigos de la infancia, llegamos al Polyforum alrededor de las diez de la mañana, hora programada para la inauguración, que sin embargo se había adelantado pues la fila del público daba vuelta al recinto y llegaba hasta Insurgentes. Muchos no pudieron ver a Sergio Aragonés, invitado especial del evento, cortar el listón inaugural.

De acuerdo a Gantús, la expectativa de visitantes para este evento era de tres mil personas, que se vio superada por un total de diez mil que circularon en el interior del Polyforum, revisando las cajas del “back issue” que llevaban las tiendas, descubriendo que había más variedad de locales que los ya conocidos (World Comics and Cards, Mantícora, Casa de la Caricatura, etc.). Entonces, con el cambio de dólar alrededor de 3 pesos, la vendimia fue memorable para todos.

El “cosplay” estaba muy lejos de ser tan importante en las convenciones nacionales, pero todo el público le abría paso al “Depredador”, cuyo disfraz tan bien elaborado le convirtió en figura emblemática y obligada en muchas convenciones que siguieron.


Mentiría si dijera que a mis 16 años busqué desesperadamente los autógrafos de Sergio Aragonés, Humberto Ramos, Rius, Edgar Clement, Yolanda Vargas Dulché, Sixto Valencia o de otras personalidades que se presentaron. Tampoco diré que asistí los tres días del evento, pues se organizó entre semana por las actividades teatrales del Polyforum los sábados y domingos. Y sobre lo que compré ese día, sólo hubo una cosa:

Siguiendo el flujo de la gente entre los expositores, descubrí de repente en el stand de La Casa de la Caricatura una caja azul con el logotipo de Star Wars. Era la trilogía original en versión widescreen, edición especial en VHS, con una litografía especial, el fragmento de un libro dedicado a George Lucas y el documental “From Star Wars to Jedi”. En general, el equivalente a las ediciones para coleccionistas de los videojuegos de moda que vemos actualmente. Todo por 500 pesos de la época.

No lo pensé mucho; salí de la Conque y busqué desesperadamente un cajero automático. Tomé un microbús sobre Insurgentes hasta que encontré uno, donde dejé mi tarjeta casi en ceros y regrese a comprar esa caja, que actualmente sigue en su lugar de honor sobre mi centro de entretenimiento.

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