Déjenme ponerlos en antecedentes: hace una semana un
amigo me compartió por Internet un video de YouTube
que mostraba el speedrun de un
jugador que pudo completar el videojuego Megaman
X 4, de principio a fin, en menos de cuarenta y cinco minutos. El video —en
una pantalla dividida —mostraba la captura del juego en tiempo real, los
contadores de tiempo divididos por nivel y una toma general del salón donde se
llevó a cabo la hazaña, como parte de un evento con fines altruistas y con un público
presente que vitoreó de alegría cuando Sigma,
último enemigo del nivel final fue destruido y los contadores se detuvieron,
dejando la marca oficial en cuarenta y cuatro minutos, cuarenta y cuatro
segundos.
Acabar Megaman X 4 en menos de una hora es impresionante, lo sé por experiencia, mi record personal es casi del doble de tiempo, aunque, realmente, este no ha sido el speedrun más impresionante que he visto: tenemos aquellos donde se acaba el clásico Super Mario Bros. en menos de cinco minutos o el Super Mario Bros. 3 en diez; el Legend of Zelda en menos de treinta o el Chrono Trigger en menos de tres horas.