En época decembrina es común ver en televisión y cine
historias navideñas de espíritu humano y valores enaltecidos o de mundos y
personajes fantásticos, pero a mediados de los 80 hubo una película que se
labró un lugar perdurable, no sólo en los clásicos de temporada sino en la
cinematografía de E. U., al enfocarse en los aspectos más triviales de estas
fiestas: A Christmas Story.
A Christmas Story es una película producida en 1983, dirigida por Bob Clark y protagonizada por Melinda Dillon, Darren McGavin y Peter Billingsley como el joven Ralphie Parker, quien, para Navidad, no hay nada que desee más que un rifle de aire Red Ryder Carbine Action 200-shot Range Model, con brújula en el mango y una cosa que sirve para decir la hora. Pero su madre rechaza la idea de que un niño de 9 años juegue con algo así bajo el maternal argumento de te sacarás un ojo. Entonces Ralphie emprende una misión para asegurarse de recibir lo que desea, incluso si eso lo lleva a manipular a su profesora o a enfrentarse al aterrador Santa Claus del centro comercial.
Basada en tres relatos semi-biográficos escritos por Jean Shepherd, publicados originalmente en la revista Playboy entre 1964 y 1966, posteriormente compilados en el libro In God We Trust, All Others Pay Cash, el guión para este película fue desarrollado entre Leigh Brown, el propio Shepherd y el director Bob Clark, quien ya tenía en su filmografía algunos éxitos populares y otros de culto como Silent Night, Evil Night (1974) y Porky's (1982). El propio Shepherd prestaría su voz para la narración de esta película, como el adulto Ralphie Parker.
A Christmas Story se estrenó la semana previa al Día de Gracias de 1983, recibiendo un éxito regular y algunos comentarios negativos por su satírico humor, que aun así le permitieron permanecer en carteleras hasta enero de 1984. Pero posteriores transmisiones por televisión en época decembrina convirtieron a esta película en un clásico de culto y de carácter perene gracias al manejo de sus anécdotas. Su demanda de transmisión por televisión fue tal que en 1997 Turner Broadcasting presentó por su canal TNT un maratón de 24 horas ininterrumpidas de A Christmas Story, evento que se volvió anual hasta el 2004, cuando el canal cambió su estilo de programación.
En el 2012, el valor histórico y cultural de esta película la hizo ser seleccionada para su preservación por el National Film Registry, de la Librería del Congreso de E. U., y es entendible el porqué, pues pocas películas han llegado al corazón y nostalgia de tantas generaciones sin recurrir a enormes presupuestos, efectos especiales o elementos fantásticos, y en cambio evocando los momentos de alegría y satisfacción al vencer a un bravucón escolar, de solucionar una cena de Navidad arruinada, al ganar una apuesta para lamer un poste congelado y de abrir un regalo la mañana de Navidad.
Aunque pueda sacarte un ojo…
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