La invención de una fuente de energía infinita |
CINCUENTA Y DOS
CICLOS
Ángel Zuare
-No recibo ninguna respuesta de
la estación, Pharon- dijo Macy, confirmando los datos a través de la consola de
comunicaciones de la nave.
-Entonces aproxímate y ve si
puedes ingresar a su hangar- ordenó el líder del Gremio de Comerciantes, sin
dejar de recorrer la cabina de mando a grandes zancadas. –O averigua si Kord
está a rango para comunicarte con él de alguna manera.
-No puedo hacer ninguna de las
dos.
-¡¿A qué te refieres, Macy?!
¡Kord está adentro de esa estación!- Pharon se detuvo para señalar con un gesto
un punto más allá de los ventanales de la cabina. Justo a la mitad del espacio
entre el cuarto planeta del sistema Polder y su correspondiente luna, se
distinguía la forma de la estación espacial Cacimir, orbitada por decenas de
paneles energizados los cuales, en ese momento, giraban rápidamente alrededor de
la estación.
-Escucha, Pharon- comenzó Macy,
moviendo hábilmente sus azuladas manos sobre el tablero de control,
monitoreando todo sistema de comunicación o detección que estuviera a su
alcance. -Hay una fuerte interferencia de energía, proveniente de la estación.
Está bloqueando todas las comunicaciones y provoca que esos paneles estén
girando tan rápidamente. Si nos acercamos es muy probable que alguno nos pegue
o le choquemos directamente.
-¡¿Quieres abandonarlo entonces?!
-¡Por supuesto que no!- respondió
Macy, alzando la voz lo suficiente para lograr que su jefe, su mejor amigo,
calmara sus ánimos y escuchara razones. –Pero tampoco lo ayudaremos
arriesgándonos innecesariamente.
Pharon controló su respiración y
mandó a sus puños cerrados toda la frustración que sentía. –No voy a
abandonarlo, Macy- fue lo único que dijo, con una actitud más relajada.
-Yo tampoco, Pharon… Tal vez
podamos acercarnos, los paneles se mueven cada vez más rápido, pero siguen
trayectorias. Quizá pueda vislumbrar una abertura y… ¡Por la Santa Madre!
Ambos guardaron silencio y
contuvieron la respiración cuando, a través del ventanal, atestiguaron como dos
paneles de la estación Cacimir chocaron entre sí, destrozándose y arrojando fragmentos
que impactaban en otros paneles o contra las estructuras de la misma estación.
En menos de dos minutos los paneles que no habían sufrido daños empezaron a
reducir su velocidad y, al final, los únicos objetos que se movían alrededor de
la estación eran despojos, que giraban sobre sí mismos o, los más alejador, empezaban
a desplazarse hacia el planeta o hacia su luna, el primero que los capturara en
su fuerza de gravedad.
-Macy- susurró Pharon,
sujetándose al respaldo de un asiento. El aludido, sin decir nada, comenzó a acercar
la nave hacia la estación. Les tomó casi una hora encontrar una ruta libre de
escombros hasta el hangar principal de
la estación. Incluso, una vez adentro, tuvieron problemas para localizar un espacio
donde descender. Había contenedores dispersos en casi todo el piso del hangar.
Algunos transbordadores y otros vehículos estaban volcados y muchas personas y
androides de servicio se movían desorganizadamente por todo el lugar.
-¡Allá!- dijo de repente Pharon,
señalando un rincón del hangar donde, en un espacio asignado para descarga, estaba
la vieja nave de Kord, la Trotamundos, aún asentada firmemente sobre su tren de
aterrizaje. Macy logró descender en un punto cercano a esta nave y Pharon se
precipitó hacia la rampa de acceso, que bajó a grandes pasos, ignorando las
voces que se dirigían a él, hasta que el impacto de un disparo energizado dio
contra su pecho, haciéndole trastabillar unos pasos hasta que sus piernas
fallaron, cayendo pesadamente sobre el piso.
Lo primero que escuchó al
recobrar lentamente el sentido fue la voz de Macy, sentado a su lado, junto al
camastro de una sala de servicios médicos: -¿No te he dicho hasta el cansancio
que esa vieja nave que usas parece de piratas?
-Era una nave de piratas.-
susurró Pharon mientras se incorporaba lentamente, frotándose el pecho y la
cabeza, todavía adoloridos. -¿No recuerdas? Se la quitamos a un grephereano
cuando…
-No importa. Entre todo el caos,
los oficiales de seguridad del hangar pensaron que veníamos a saquear el lugar.
Y luego tú bajaste tan rápido, sin escucharlos cuando te pidieron que te
detuvieras. Por eso te dispararon. Agradece que no usan energía letal aquí.
-¿Y tú qué hiciste?
-Estuviste inconsciente un par de
horas. Yo hablé con ellos mientras. Al parecer hubo un problema con algunos sistemas
de energía de la estación. Hubo sacudidas y percances, pero todo parece estar
bien ahora.
-¿Averiguaste dónde está Kord?
-Está en otra sala. En cuidado
intensivo. No te alborotes de nuevo, Pharon, ya lo vi. Está bien. Le di algunas
indicaciones de su historial médico a los androides y su recuperación va muy
bien. Muy, muy bien, tú sabes…
-Hay que sacarlo de aquí antes
que llame la atención… ¿Pero qué diablos hacía aquí, en primer lugar? ¿Por qué
perdimos contacto con él?
-Revisé la bitácora del
Trotamundos, estaba entregando suministros, instrumental técnico, refacciones,
nada fuera de lo común. Sólo tuvo mala suerte. Cuando terminó con la entrega y
recibió el pago, la estación entró en un periodo de captura de Fuerzas G.
-¿Un qué?- preguntó Pharon sin
dejar de frotarse la cabeza, imaginando que el dolor le había hecho incapaz de
entender las palabras de Macy, quien ahora empezaba a hablar con la inevitable
emoción que sentía al describir alguna maravilla tecnológica o circunstancia
científica:
-Un periodo de captura de fuerzas
de gravedad. La estación los tiene con frecuencia y duran cincuenta y dos
ciclos estándar. Durante ese tiempo los paneles asimilan las fuerzas de
gravedad que existen entre el planeta y su luna, por lo que a ninguna nave se
le permite entrar o salir. Sus sistemas de navegación se pueden ver afectados o
podrían ser atraídas por los paneles energizados y estrellarse contra ellos.
“Este lugar es fascinante,
Pharon. Había leído al respecto hace tiempo, pero nunca pensé que podría llegar
a estar aquí. La Cacimir es una estación espacial experimental que busca desarrollar
una fuente de energía infinita, transformando las fuerzas de gravedad constantes
entre dos cuerpos estelares. La energía que capturan los paneles es procesada
en la estación, generando energía para su propio consumo o para comercializarla
en los sistemas vecinos. Este procedimiento podría reducir la necesidad que
tienen los sistemas y mundos civilizados de consumir sus propios recursos, o sustituir
el uso de energía estelar conforme las estrellas se vayan consumiendo.
-¿Estás hablando de energía
perpetua?
-Claro que no. La idea de una fuente de energía perpetua es absurda,
cuestión de entropía. Pero esta podría ser una buena opción para desarrollarla
masivamente durante los próximos siglos. ¡Esto es increíble! ¡Realmente me
gustaría ver su módulo procesador de energía!
-Temo que nadie lo verá en mucho
tiempo - dijo una voz cerca de ellos. Una mujer, ataviada en un uniforme de
oficial superior, entró a la sala con un paso firme y marcial. Al pararse junto
a ellos, les fue evidente que el uniforme de la mujer estaba bastante
maltratado, rasgado a la altura de los hombros y las piernas. La poca piel que
les dejaba ver, en los antebrazos y en la base del cuello, presentaba oscuros
moretones. Había limpiado su rostro lo mejor que pudo, pero aún había rincones
ennegrecidos por grasa y suciedad. Su cabello rubio lucía maltratado y
revuelto, a pesar de haberlo sujetado tras su cabeza. -Soy la oficial Biehn-
dijo, estrechando la mano de Macy primero. -Coordinadora general de la estación
Cacimir. Es un placer.
–Un gusto, oficial- Pharon se
puso de pie y estrechó la mano que la mujer le extendía, mientras con la otra
continuaba frotándose el pecho. -Veo que saben mantener el orden aquí. No
quiero quitarle mucho tiempo, ¿pero puedo preguntar qué hizo este muchacho para
terminar en cuidados intensivos?
-Salvar la vida de todos dentro
de la estación, eso fue lo que hizo- respondió la oficial Biehn. Y aprovechando
el desconcierto en los rostros de ambos hombres, añadió: –Y no se preocupe por
mi tiempo. Tengo suficiente.
Minutos después los tres
observaban, a través del ventanal de la sala de cuidado intensivo, como los androides
de asistencia médica desconectaban y retiraban sistemas de soporte de vida,
montados alrededor de la cama sobre la cual Kord seguía inerte. Los androides
dejaron la mayoría de las vendas que cubrían sus brazos y el torso, pero sí
retiraron las que cubrían su cabeza, donde, fuera de quemaduras en las mejillas
y en la base del cuello, no parecía haber mayores daños.
-Yo estaba en los hangares cuando
empezó el periodo de captura de Fuerzas G y su amigo, Kord, se acercó para
preguntarme porque no se le permitía abandonar la estación. Le expliqué los
motivos y que no es la primera vez que ocurre algo parecido aquí. Hemos tenido
comerciantes, doctores, científicos e incluso practicantes universitarios que
han quedado arraigados aquí por el mismo motivo, así que tenemos protocolos al
respecto. Invité a Kord a usar las zonas de descanso de la estación y a
disponer de una de las habitaciones que tenemos reservadas para casos así. Y
fuera de una frustración inicial, aceptó la situación de buena manera y se
retiró.
“La estación Cacimir es una de
las más grandes construidas en la Galaxia Unificada, con auspicio de varias
comunidades científicas e inversión privada. La tripulación que vive y labora
actualmente en la estación consta en decenas de personas para todos los
departamentos: técnico, mantenimiento, científico, médico y seguridad. Y todos
responden ante mí, por lo que podrán imaginar que estoy sumamente ocupada casi
todo el tiempo. Por eso mismo no volví a saber de su compañero hasta que empezó
nuestra situación de emergencia, hace algunas horas.
-Kord se puso en contacto con nosotros
mucho antes- interrumpió Macy. -Hace unas cuarenta horas, para notificarnos la situación
y que no regresaría al Gremio en el tiempo que había previsto, pero que todo
estaba bien. Sin embargo me inquietó un poco lo deficiente de su transmisión.
-Cuando Macy me notificó eso, yo
quise comunicarme con él directamente a la consola de su nave- añadió Pharon.
-Nos fue imposible.
-Cuando el periodo de captura inicia,
las comunicaciones se ven afectadas, pero no se interrumpen. Esa fue nuestra
primera señal de alarma, pero la desestimamos originalmente.
-Aún no nos dice qué fue lo que
pasó- dijo Pharon, encarando a la oficial Biehn, quien, en comparación con el
fornido comerciante, compensaba su falta de altura con la fuerza de carácter
que le permitía sostener la mirada de Pharon, quien siguió hablando: –Y supongo
que no tiene la obligación de hacerlo, pero si aquí ocurrió algo que casi mata
a alguien de mi gente, realmente me gustaría saber qué fue.
-Por eso estoy hablando con
ustedes cuando el procedimiento dicta que les ofrezca una historia
prefabricada, una compensación por las molestias y me retire sin decir nada
más. Y también porque esta situación se alejó de todo procedimiento imaginado
por las tres generaciones de oficiales y científicos que han coordinado la
estación. Realmente la situación hubiera resultado catastrófica si su amigo no
hubiera intervenido.
-¿Usted se lo pidió?- preguntó
Pharon, reprimiendo un sentimiento de coraje. -¿Lo obligó a arriesgarse por su estación?
-Nunca. Cuando se me notificó la
situación yo me encontraba en una de las zonas de descanso, cerca del hangar. El
proceso estándar para cualquier clase de emergencia que involucre los paneles,
empieza con inhabilitar remotamente los sistemas de despegue de todas las
naves, para evitar una evacuación caótica donde todos terminarían chocando
entre sí o contra los paneles. Me dirigía entonces al hangar, para supervisar
que dicho protocolo fuera implementado, cuando toda la estación se cimbró en un
movimiento equivalente a un temblor de ocho niveles. Perdí el suelo un momento
antes de impactarme contra una pared.
“Cuando me recuperé casi habían
pasado veinte minutos. Seguí mi camino al hangar donde, en efecto, ninguna nave
podía despegar, pero el movimiento había derribado casi todo lo que no
estuviera fijado en las paredes. Escuché gritos de personas atrapadas bajo unos
contenedores y me apresuré para ayudarles. Cuando me di cuenta, su compañero,
Kord, ya estaba junto a mí, ayudándome a sacar a los heridos. Me preguntó que
estaba pasando y si podía ayudar de alguna forma. Ni siquiera voltee a mirarlo,
sólo le pedí que regresara a su nave y se mantuviera a salvo. Luego de
asegurarme que ninguna nave pudiera despegar, me dirigí al centro de mando de
la estación.
“En una situación de desastre
como esta, las cosas ocurren muy rápida y caóticamente. A la gente de seguridad
que encontraba en el camino la mandaba a cuidar otras secciones de la estación
o que atendiera a los heridos que encontraran. Realmente no necesitaba que ninguno
me escoltara hasta el centro de mando, y realmente estaba tan apurada en llegar
ahí que no estaba prestando mucha atención a lo que ocurría. Pero al escuchar
que había gente atrapada en uno de los turbo-ascensores, me detuve para
intentar abrir la puerta, que estaba trabada. Entonces llegó Kord, quien había
estado siguiéndome desde el hangar, y la abrió sin mucho esfuerzo, ayudándome
luego a sacar a la gente. Le pedí de nuevo que se alejara, pero me ignoró y
siguió tras de mí. Si encontrábamos caminos bloqueados por escombro, en poco
tiempo y entre ambos abríamos el paso. Si encontrábamos gente encerrada por
puertas automáticas trabadas, él las abría solamente usando sus manos. Y a los
que estaban atrapados bajo maquinaria o muebles pesados, los liberaba
rápidamente y casi sin esfuerzo. Para cuando atravesamos la zona de mantenimiento
de máquinas, mientras yo atendía a los técnicos de soportes de vida, me sentí
con la confianza de darle órdenes para asistir a otras personas, órdenes que
acató inmediatamente. Incluso sometió con sus manos a un técnico que se había
vuelto histérico y había arrebatado el arma de un vigilante. ¿Acaso Kord tiene
entrenamiento militar de alguna clase?
-¿Qué sucedió luego?- pregunto
Pharon, evadiendo la pregunta.
-Llegamos al centro de mando.
Nadie le impidió el paso a Kord pensando
que iba conmigo. No tuve la oportunidad de ordenarle que saliera o de pedirle a
alguien que lo sacara, incluso a la fuerza, porque de inmediato el oficial
científico me dio detalles de lo que estaba pasando. Y Kord escuchó todo.
“Lo que estoy a punto de decirles
es información estrictamente confidencial. Créanme que ahora ustedes se
comprometen más al escucharla que yo al revelarla. Tiene que ver con el
auténtico objetivo de esta estación. El utilizar las Fuerzas G de los cuerpos
planetarios como una fuente de energía, aunque es funcional y realmente la
empleamos para alimentar sectores de la misma estación, es solamente una
fachada. Aunque sí estamos trabajando con una fuente de energía perpetua. ¿Están
familiarizados con el concepto de Energía del Punto Cero?
-¿Energía del vacío?- preguntó
Macy, prestando más atención ahora a la historia de la oficial Biehn. -¿Se
refiere a extraer la energía del vacío?
-Precisamente. El vacío entre
todos los cuerpos guarda un nivel de energía mínimo. Energía del Punto Cero,
que puede ser extraída y procesada con instrumental adecuado, como el de
nuestro módulo procesador de energía.
-Momento, momento- interrumpió
Macy. –Considerando que es posible extraer energía del punto cero, del mismo
vacío del universo, esa tampoco es fuente de energía perpetua. El vacío del
universo está condicionado por su propia existencia y esta llegará a su fin
inevitablemente. Por el contrario, un procedimiento así podría acelerar el
proceso de entropía en el universo.
-No en este universo.
Pharon y Macy guardaron silencio
para asimilar la respuesta de la oficial Biehn. Y mientras el primero trataba
de imaginar el significado de la misma, Macy abrió los ojos y dejó de respirar
unos segundos, antes de finalmente hablar: -Multiverso Cuántico… Por la Santa
Madre, están drenando Energía del Punto Cero directamente del Multiverso
Cuántico. ¿Es eso posible?
-La Cacimir lleva haciéndolo
desde hace tres generaciones.
Macy se alejó del ventanal y se recargó
en la pared, con sus manos azuladas apoyadas sobre su rostro del mismo tono,
con los ojos muy abiertos mientras se deslizaba lentamente hasta sentarse en el
suelo. -¿A alguien le molestaría explicarme eso?- preguntó Pharon, sintiéndose
un poco desplazado.
-Si alguien arroja un dado
normal- dijo la oficial –, pueden salir seis resultados. Pero el Multiverso
indica que realmente el dado ha lanzado los seis resultados a la vez. Al
existir nosotros en un universo determinado sólo podemos apreciar un resultado.
Los otros cinco existen en universos distintos y la cantidad de los mismos es
infinita.
“Las teorías para extraer energía
del Multiverso existen desde hace mucho tiempo, incluso más que la estación
Cacimir, pero la teoría de extraer Energía del Punto Cero desde estos universos
cuánticos permitió que se consiguieran los recursos para financiar la estación
y ponerla en funcionamiento, presentándola al público como una estación de
Captura de Fuerzas de Gravedad.
-¿Por qué mantener eso en secreto?-
preguntó Pharon.
-Porque cualquier experimento
relacionado con el Multiverso…- interrumpió Macy, todavía sentado en el suelo,
sujetándose la cabeza. –es altamente ilegal, por la naturaleza caótica que
representa el mismo.
De repente Macy se puso de pie y
se acercó a la oficial Biehn. -Y eso fue lo que pasó, ¿cierto? Algo salió mal,
pero no por error de ustedes, sino por parte del mismo Multiverso. ¿Qué
ocurrió?
-Si bien el Multiverso no tiene
límites, nuestras máquinas sí. Sólo pueden extraer Energía del Punto Cero desde
una cantidad específica de universos.
-Cincuenta y dos, ¿verdad?-
interrumpió Pharon. –Uno por cada ciclo.
-Sí, antes de que las máquinas
deban detenerse y recalibrarse- comentó la oficial. –Pero cinco horas antes del
final de este periodo de captura, ocurrió el fenómeno. Nunca sabremos
verdaderamente cómo pasó. Nunca sabremos si fue alguna fuerza consciente a
nivel cuántico o una reacción natural de la Energía del Punto Cero, pero la
mejor interpretación que ofrece nuestro oficial científico es que el Multiverso
se defendió. Empezó a extraer Energía del Punto Cero directamente de nuestro
universo, y no se habría detenido luego de nuestro periodo de cincuenta y dos
horas. La sobrecarga de nuestro módulo procesador, máquinas y sistemas habría
destruido completamente la estación. Y eso sería el menor de los males. Si la
destrucción de la Cacimir no cerraba la comunicación entre nosotros y el
Multiverso…
-El Multiverso podría haber
drenado toda la Energía de Vacio del sistema Polder…- interrumpió Macy. -Tal
vez la de toda la galaxia en menos de…
-De cincuenta y dos ciclos- puntualizó
Pharon.
-Eso, si su amigo no hubiera estado
aquí- añadió Biehn. Los tres centraron su atención en el hombre tendido sobre
la cama, con su pecho subiendo y bajando lentamente a causa de una respiración
debilitada.
-Debí parecerle perpleja o
desesperada- continuó la doctora. –porque me sujetó del brazo y me preguntó
cómo detener el proceso. Le indiqué entonces que los procedimientos de extracción
de Energía de Punto Cero y de Captura de Fuerzas G funcionan al mismo tiempo,
conectados al Modulo Procesador de Energía, y que tal vez deteniéndolo se
podría cerrar la comunicación entre nosotros y el Multiverso. Entonces me pidió
que lo llevara al Módulo. Y honestamente, yo no tenía más opciones o recursos,
así que fuimos hacia allá.
“El Modulo Procesador de Energía
es el corazón de la estación Cacimir. Un enorme pilar con varias esferas
conectadas a su superficie. Estas controlan la trayectoria de los paneles fuera
de la estación, mediante fuerzas electromagnéticas. Y cuando inician los
procesos, las esferas comienzan a girar alrededor del pilar, mientras una
fuerte corriente de energía proveniente del Multiverso rodea toda la estructura
en un movimiento cíclico. Fue entonces…- La oficial Biehn guardó silencio
mientras, cruzada de brazos y con la cabeza baja, recordaba y le narraba a los
comerciantes lo que había ocurrido:
-Entonces sólo hay que evitar que
siga moviéndose, ¿cierto?- había preguntado Kord. Ella asintió con la cabeza
mientras miraba, con visible angustia, las esferas girando precipitadamente y
las corrientes de energía entrando y saliendo de la parte superior del pilar,
la conexión con el Multiverso.
Entonces, antes de darse cuenta
para poder detenerlo, el comerciante se descolgó por el barandal de contención,
saltando un par de metros para llegar a la base del pilar, esquivando unas
esferas que estuvieron a punto de golpearle la cabeza y la espalda. El flujo de
energía que atravesaba su cuerpo empezaba a incendiar su ropa y a quemar su
piel. Ignorando el dolor, puso atención a la próxima esfera que se aproximaba a
él, recibiéndola con las manos abiertas y los pies firmemente plantados en el
piso. La máquina lo empujó un par de metros, antes de empezar a detenerse por
la fuerza que Kord imprimía a sus brazos.
En medio del estruendo generado
por el Módulo operando contra una fuerza opuesta, del impacto de dos esferas
chocando entre sí y del intenso ulular de la energía girando cíclicamente a lo
largo del pilar, la oficial Biehn pudo distinguir un fuerte rugido nacido del
esfuerzo de un hombre que detenía, sólo con sus manos, una máquina impulsada
por la fuerza de gravedad entre dos cuerpos estelares y la energía del
Multiverso, que desintegraba lentamente toda su ropa antes de empezar a
carbonizar su piel.
Y entonces Kord empezó a dar
pasos hacia adelante, empujando el Módulo en sentido contrario. El estallido de
varias secciones del pilar obligó a la oficial Biehn a arrojarse al suelo,
cubriendo su cabeza. Cuando levantó la mirada se dio cuenta que las esferas se
habían detenido y la energía del Multiverso se disipaba lentamente. Se puso de
pie y bajó a la base del pilar cuando hubo localizado a Kord, tendido en el
suelo, junto a la esfera que había estado empujando. Su ropa se había consumido
y su piel estaba completamente carbonizada. Y al acercarse un poco más, la
oficial reconoció el sonido de una tenue respiración.
-Cuando lo sacamos, algunas de
sus quemaduras ya empezaban a sanar- continuó. –Entonces estaba totalmente
irreconocible, pero cuando ustedes llegaron ya empezaba a regenerar piel sobre
sus brazos y el rostro. ¿Se han dado cuenta que ahora su rostro ya no tiene las
quemaduras que tenía cuando le quitaron las vendas?
Pharon y Macy guardaron silencio,
dirigiéndose una mirada de complicidad. Biehn continuó:
-Entiendo que Kord no es un ser
humano común. Tampoco están obligados a decir nada, sólo estoy compartiendo con
ustedes lo que ocurrió aquí porque lo más probable es que este proyecto se cancele
cuando la información salga a la luz pública, sin importar quién lo divulgue o
a quien busquen para cargar la culpa. No dejo de pensar en la suerte que tuvim…
-Ingeniería genética- susurró
Pharon. –Kord es un proyecto de ingeniería genética, desarrollado por las Fuerzas
Armadas… Un híbrido artificial entre ser humano y una especie alienígena extinta…
Es mucho más fuerte, rápido y perceptivo que cualquiera.
-Podríamos decir que es un factor
caótico artificial- añadió Macy. –Por todo eso tal vez es que sobrevivió tanto
tiempo entre el flujo de energía del Multiverso.
-Y también es un desertor…-
continuó Pharon. –Ha salvado mi vida en más de una ocasión y ha hecho mucho por
nosotros…
-Pues ahora debe saber que todos
aquí le estamos agradecidos. Y que nadie hablará al respecto. Yo me encargaré
de eso-. Cuando la oficial Biehn distinguió que Kord empezaba a mover
lentamente su cabeza y susurraba el nombre de la oficial entre sus labios, dio
vuelta y se alejó. –Buena tarde, señores- fue su única despedida.
Al ver que Kord empezaba a
moverse, Pharon y Macy cruzaron la entrada a la sala y se acercaron a la cama.
-Biehn… La estación… Pharon, ¿cómo..?-
susurraba Kord mientras abría los ojos lentamente.
-Todos están bien, Kord. Lo
lograste, salvaste a todos, muchacho. No podría estar más orgulloso.
-Macy… hola… Me alegro de verlos…
-Nos diste un susto de muerte,
Kord… Pero… ¡Lo siento, tengo que preguntar!- Macy alzó la vista y sus brazos
mientras hablaba, notablemente emocionado: -Kord, ¡estuviste en medio de un
ciclón de energía cuántica y te paraste en el umbral del Multiverso! Nadie
nunca ha hecho algo parecido. ¡Tenías el infinito al alcance de tu mano! ¡Debo
saber, ¿qué fue lo que sentiste?! ¡¿Qué fue lo que vis..?! ¡Ay, por favor, ¿es
en serio?!
Pharon, sonriendo, solo le dirigió
a Macy una mirada de simpatía mientras Kord,
con un gesto apacible en su rostro, estaba profundamente dormido.
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