Viernes Retro: Perfect Strangers

A mediados de los años 80, la cultura de entretenimiento en E. U. (particularmente en cine y televisión) se dividía entre el desarrollo de historias sencillas, accesibles y familiares, y las que se acercaran a un público adulto y en muchos casos viviendo en autoimpuesta soltería. Por su parte, la televisión vivía un gran apogeo dentro de la producción de los sitcom (comedia de situación), dándose el lujo de experimentar, innovar y en ocasiones rescatar elementos propios del género, siendo uno de estos el concepto de la pareja-dispareja. Y durante la segunda mitad de esta década, una serie se distinguió al respecto: Perfect Strangers.

La entrada original y sin cortes para el episodio piloto de la serie. La canción es Nothing's Gonna Stop Me Now, interpretada por David Pomeranz. ¿A poco no les levanta el ánimo sólo el escucharla?

Perfect Strangers fue una serie de televisión producida por Thomas Miller y Robert L. Boyett, transmitida originalmente por la cadena ABC y creada por Dale McRaven. Perfect Strangers contaba las peripecias que vivían diariamente Larry Appleton, un norteamericano promedio, y su primo lejano Balki Bartokomous, recién desempacado de la lejana isla de Mypos, en el mediterraneo. Viéndose en la necesidad de compartir un departamento y a veces hasta el trabajo en la ciudad de Chicago, toda la serie giró alrededor del choque cultural entre ambos personajes y su capacidad para mantener una buena relación a pesar de ello.

La Danza de la Alegría, uno de los chistes más socorridos de la serie y una de las mejores coreografías que ejecutaban los actores. 

La serie era protagonizada por Mark Linn-Baker como Larry y  Bronson Pinchot como Balki. Junto a ellos, y a lo largo de las ocho temporadas que duró la serie (de marzo de 1986 a agosto de 1993) se unieron varios actores regulares, destacando las actrices Melanie Wilson y Rebeca Arthur, como Jennifer y Mary Ann, los intereses románticos de los protagonistas y que permanecieron hasta el final de la octava temporada.

Sin llegar a ser un éxito abrumador en la televisión de su época, Perfect Strangers sí consiguió establecerse en un lugar muy cómodo dentro de los raitings del horario estelar durante casi toda su existencia, desde su primera temporada de apenas seis episodios, hasta la octava, que también constó de seis episodios (las temporadas 2 a 7 llegaron a tener un promedio de 22 a 24 episodios), realizados más por compromiso de la ABC quien realmente ya deseaba cancelar el programa por considerarlo muy costoso y fuera de lugar con el público joven de principios de los 90. A pesar de eso, uno de los personajes de esta serie, Harriet, la elevadorista (temporadas 3 y 4) tuvo un spin-off derivado de esta serie; Family Matters, que logró por méritos propios un gran éxito durante casi toda la década de los 90.

Perfect Strangers era un producto propio de su tiempo; una serie de televisión alegre y que levantaba los ánimos de su público con situaciones mayormente ridículas, que sin embargo resaltaba por la actuación de sus protagonistas y la química entre ambos. Tanto Mark Linn-Baker como Bronson Pinchot mantenían características particulares en sus respectivas actuaciones (como las expresiones faciales de Larry o la diversidad de tonos en la voz de Balki), pero también podían ejecutar grandiosos ejemplos de comedia física como bailes, saltos y acrobacias menores que se convirtieron en otro atractivo de la serie.

Un reportaje acerca de la filmación del último episodio de Perfect Strangers.

En México, Perfect Strangers se transmitió por la cadena Imevisión durante finales de los 80, bajo el título de Dos Perfectos Desconocidos, convirtiéndos, junto con Alf, en uno de los mayores exitos que tuvo esta televisora. Posteriormente la hemos vuelto a ver en televisión de paga, pero en general rara vez hemos visto más allá de la tercera temporada de esta serie que, a pesar de los años, lo sencillo y superado de su argumento, aún sigue sacando sonrisas y hasta francas carcajadas hasta a los más malhumorados de la casa.