Publicado
originalmente en Reino Geek (31 enero 2011)
Cuando me preguntaron por primera vez en una fiesta, si
llevaba conmigo música para amenizar un evento que ya estaba poniéndose aburrido,
inmediatamente llevé mis manos a los bolsillos de mi chamarra, esperando
encontrar algún CD que se hubiera
colado por casualidad y pudiéramos usar, hasta que finalmente entendí que se
referían a la música que llevaba en mi reproductor portátil.
Me impresionan como han evolucionado estos dispositivos y
sus funciones para la organización de eventos, superando notablemente las limitaciones
que sufría nuestro querido walkman y demostrándonos que la música
portátil ya no tenía que ser exclusivamente personal: Con unas bocinas de alta
fidelidad con entrada para cualquier tipo de reproductor portátil mp3, IPod o teléfono celular, y una lista de
reproducción bien organizada, la fiesta se arma casi sola.
Pero después de todo, un reproductor de este tipo no deja
de ser un objeto personal, donde guardas la música que quieres escuchar, la que
te identifica. ¿Qué tan bien se puede manejar una fiesta sólo con la música que
a ti te gusta?
Durante los últimos dos años me he dedicado a escoger mi
música favorita de entre todos los discos que tengo, propios, prestados o
regalados, en formatos wav o
transformados a mp3. Fueron decenas
de gigas de información que logré resumir en ocho (tonto de mí que pensaba
poder hacerlo en cuatro), incluyendo música instrumental y canciones.
Si utilizara esos ocho gigas para amenizar una reunión,
esto es lo que estaríamos escuchando:
- Mucha música pop en inglés, de los años 80: Lo básico
de Michael Jackson, Madonna, The Police, Huey Lewis, Phil Collins y
otros.
- Algunos grandes de los 90 y principios de siglo: Cranberries, Jamoroquai, Maroon 5, Joe
Satriani, Daft Punk y The Killers.
- Sobrevivientes de los 70: Credeence y Abba.
- Nuestro querido Rock en tu Idioma de los años 80: Miguel Mateos, Kenny y los Eléctricos o
Enanitos Verdes. También Mecano, Miguel Bosé y Hombres G (pero no David Summers).
Desde este punto la cosa se pone más freaky:
- Soundtracks de animación japonesa, principalmente de series
que llegaron a México durante los años 90: Saint
Seiya, Magic Knight Rayearth, Shojo Kakumei Utena, Sailor Moon y otras.
- Soundtracks
de películas (de John Williams, Danny Elfman, Harry
Gregson Williams, etc.) y videojuegos (Silent Hill, Resident Evil, Kingdom Hearts, Legend of
Mana, Final Fantasy y más).
- Algunas cosas alternativas, por eso de la universalidad
de la música (Emir Kusturica) y otras tan particulares que
sólo yo entiendo porqué están ahí (Parchis).
Esto me hace pensar que, sin importar la clase de freak
que uno sea, siempre se debe tener algunas melodías de reserva, para casos de
contingencia social:
- Música grupera, salsa, cumbia y en general cualquier
cosa que pueda bailarse en pareja.
- Algo de slam, dance o música electrónica, para bailar
cada uno por su cuenta.
- El Payaso de Rodeo, para eso de los
bailes en grupo.
- Trova de Silvio
Rodríguez o Pablo Milanés, por
si queremos estar bohemios.
- José José o Juan Gabriel, por si queremos estar
ebrios.
- Barry Manilow,
si queremos estar ebrios con Tecate Light
- Y si te toca ser
el anfitrión y necesitas desalojar la casa al final de la reunión, sugiero
soundtracks de Glee, porque si llega el momento en que necesitas poner covers
de canciones de catálogo, es que definitivamente la fiesta ha terminado.
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